Amigos de la Vuelta del Castillo, de Javierada

Amigos de la Vuelta del Castillo, de Javierada
De Monreal a Javier

sábado, 31 de diciembre de 2022

Feliz Año 2023


 

martes, 29 de noviembre de 2022

Cross de San Saturnino - Artajona

Cross de San Saturnino Hacía unos cuantos años que no había participado en el cross de San Saturnino, la carrera popular de mi pueblo. Desde el año 2008 aproximadamente comencé a entrenar con el grupo de corredores de la Vuelta del Castillo, en Pamplona. Y aunque en los últimos tres años, aparezco como el Guadiana, ocasionalmente, con ellos conseguí mis mejores tiempos en la Beobia-San Sebastián, en los medios maratones y en mis maratones. Nunca en mi vida había conseguido la regularidad que alcancé en alguna fase de estos años. Y lo mejor, las personas tan agradables que ahí he conocido. En noviembre del 2021 corrí mi última Behobia, porque siempre he necesitado objetivos para entrenar, motivaciones que me saquen a la calle a prepararme un poco. Para esa prueba, intenté coger un poco de regularidad y después hice un par de entrenamientos largos. Un sábado hice unos 18 km y al siguiente participé en el medio maratón Zubiri-Pamplona. Así pude hacer frente a la multitudinaria y conocidísima Behobia. Para la preparación que había tenido, justa, me quise probar y me exigí demasiado, lo que supuso, ir forzado todo el recorrido. Como suele pasar con el deportista esforzado, sufrí pero a gusto. El tiempo conseguido tampoco estuvo tan mal. Era mi décimo tercera Beobia, más o menos. La carrera de San Saturnino y aquella Bohobia posiblemente sean mis últimas pruebas. Son de despedida. El desgaste de mis caderas aconseja cambiar de deporte. No sé si seré capaz de no volver a llevar dorsal. Al tiempo. El recorrido de San Saturnino nunca lo había hecho en una carrera (porque antes era distinto y casi todo llano) y, la verdad, resultó muy duro. No lo había preparado, mi entrenamiento había sido escaso y mi participación no pudo ir más allá de un entrenamiento exigente. Pero me apetecía y ahí estuve. Subir al Alto de las Cabras ya supone un buen desgaste y cuando comienzas a serpentear hacia el Cerco, tiene lo suyo. Hay varios puntos a los que se llega bastante justico, especialmente los giros de la calle Rufo Ayestarán o cuando hay que tirar para arriba desde casa Izco, o la salida al donjón. Hasta ahí la dureza y desde ahí el descenso y a llanear pero para eso hay que tener fuerzas y la carrera deja a cada uno en su sitio. La disfruté. Desde aquí quiero agradecer al Ayuntamiento y a todos los colaboradores por organizar la carrera. Sin los voluntarios sería imposible. Bueno, el bocata de txistorra, exquisito.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Behobia2021

No llevo la cuenta de las Behobias en las que he participado. Posiblemente alrededor de trece. En esta ocasión se precipitaron los acontecimientos de manera muy rápida. Se me cruzó por la cabeza y zas!! Ha debido de ser porque hace unas semanas corrí la Zubiri-Pamplona. Tenía muy claro, porque ya la conozco y por mi preparación insuficiente, que debía ir a disfrutarla y eso hice. Los ocho primeros km son cuesta abajo y lo mejor era controlarse y no dejarse llevar porque si no, por el km 15 estás fundido. Puse en práctica mi buen juicio. A partir del km 13 ya podía tirar un poco y exigirme algo. Llegué bien hasta el km 20 aunque por la cuesta de Santo Domingo, desde los Corralillos, se me hizo dura. Tuve buenas sensaciones. Esta carrera había supuesto hacer km y km, trabajar el fondo y eso me motivó a buscar un dorsal para la Behobia (porque estaba claro que ya estaban cerradas las inscripciones), un dorsal que encontré la semana previa a la carrera, o sea, la pasada, entre el viernes y el sábado. Todo muy deprisa y con poco entrenamiento después de la Zubiri. La Behobia tiene un atractivo especial. Este año se habían inscrito más de 25000 atletas, menos que en época prepandemia, y pocos más de 20000 participamos. La noche anterior solicité un taxi para ir al autobús. Lo esperaba a las 7:05 pero no venía. Volví a llamar y me dijeron que lo sentían y que en cuanto pudieran… que estaban superados… en fin… A todo esto donde yo esperaba el servicio, un taxista, con su vehículo en plan de trabajo, se daba el lote con una niña. Imaginaos la impotencia. Terminaron con el asunto. La chica se bajó y taxista se fue a aparcar por ahí. Tarde pero llegó un taxi que cogió los mejores atajos para acercarme rápidamente al autobús. El chófer del autobús llegó tarde, un cuarto de hora. Bueno, para qué… allí me encontré conocidos y amigos y el objetivo estaba más cerca. Muchos llegamos en autobús, imaginaos el ambientazo, corredores por todos los lados, megafonía a tope, fotografías, entrega de la bolsa en consigna, etc. Precisamente en consigna había quedado con Iker, quien me traería el dorsal que había comprado por Facebook. Era de un amigo suyo que al final no pudo participar. Como yo tenía en el perfil la foto de la presentación de mi libro, me preguntó a ver si era escritor. Le comenté que era mi primer poemario en solitario y me dijo que el chico que me había vendido el dorsal, de pequeño había sido bertsolari. Me hizo gracia. Por allí apareció mi sobrino Javier, que para ser tan joven, no sé si lleva 3 o 4 ediciones ya seguidas: todo un crack. Corre hasta con problemas en el tobillo. Eso es saber sufrir. Cafetito de rigor, pasar por el baño, calentar y buscar el cajón de salida. Salía con el dorsal rojo a las 10:10. Pistoletazo de salida, arrancan los corredores y corredoras. Quise seguir a la liebre (referencia de tiempo) de1:30, no sé cómo se me pasó por la cabeza que eso me ayudaría a forzar. Lo hice durante 2 o 3 km, pero decidí descolgarme. Iba bastante forzado. Casi hasta el km 4 hay varios toboganes y notaba mis cuádriceps en alerta. Conozco la carrera. Me conozco. Voy forzando lo justo pero forzando. Gaintxurizketa es una subida exigente y a pesar de bajar el ritmo se me estaba haciendo dura. Sé que arriba ya he recorrido un tercio de la carrera pero se está haciendo dura. A lo largo de todo el recorrido la gente anima continuamente. Eso hace que aunque sufras tengas cierto alivio. Más de un Km de subida, hay que regular mucho y, si vas, justo, el final es insufrible. Solo te consuela que en la bajada siguiente recuperarás. En cada punto de avituallamiento es fundamental tomar algo de líquido. La hidratación es necesaria y más con los esfuerzos. Ni que decir tiene, que has de llevar calzado súper cómodo y no tener más molestia que el esfuerzo. Yo espero como agua de mayo el km 10. Haré mis cuentas, veré el tiempo conseguido y valoraré la segunda mitad de la carrera. Hoy llevo cansancio acumulado, en el km 10 estoy contento con mi tiempo pero tengo mis dudas que pueda aguantar así. El paso por Rentería –Errenteria se caracteriza por ser una larga travesía, bastante llana y con mucha animación pero uno no se puede confiar porque sé que acaba con la cuesta de los Capuchinos, que tiene su dureza. En mi cabeza voy descontando kilómetros. Pasamos por Pasajes(Pasaia) y sé que espera otra subida dura: el alto de Miracruz. No me puedo volver loco, vengo arrastrando cansancio, me lo tomo con calma. En estas ocasiones me gusta seguir a algún corredor cuyo ritmo sea lento, así me freno y recupero. No me importa perder algo de tiempo en estas subidas; una vez superado este obstáculo se ve la luz. Quedan tres km y ya está vencido. La meta a tiro de piedra y se puede llegar hasta a rastras. Entramos en una bajada recta que te lleva hasta a Donosti, no he de olvidar hidratarme en cuantos puntos encuentre, no quiero que al final de la carrera arrastre la boca seca, ya me ha pasado alguna vez. Los tres últimos km parecen mal medidos. El 18 se alarga hacia el Barrio de Gros, el 19 es eterno por la Avenida de Navarra y el 20 se convierte en una trampa por la Avenida de Zurriola, el Palacio de Congresos del Kursaal y la Alameda de Boulevard. En la carrera se ven muchas cosas, el chico de la peluca, el vestido de astronauta o el señor que corre tirando de un carrito con un niño. Este año no he visto al que va de Jesucristo. Llegamos a los últimos 100 metros, parecía que no iba a llegar nunca pero es verdad, el luminoso indica los tiempo. Está logrado. Y a mí me gusta levantar los brazos, mostrar alegría: misión cumplida. Paro el crono. El tiempo no está mal. Ha merecido la pena. A la salida recogemos la bolsa del corredor con líquidos suficientes para reponerse enseguida. Solo queda ir a por la ropa a consigna. Al llegar allí, oh cielos, mi bolso no salía y no salía y no salíó. Se había traspapelado. Paciencia y a esperar. La Behobia es grande, puede pasar de todo, los voluntarios y voluntarias me trataron súper bien y aunque tarde, pude recuperar las cosas. Quedaba el regreso a casa.P.D.: Creo que debía de estar ya acatarrado y, junto con el esfuerzo, el cuerpo se resintió.

jueves, 11 de noviembre de 2021

Estaré este año en la Behobia???

La respuesta la tendré en unas horas. Pero si voy estaré bajo de forma. No sé si me convence esforzarme mucho. Los años y la motivación se notan...
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viernes, 10 de enero de 2020

FELIZ AÑO 2020


Aprovechamos la ocasión para desearos lo mejor en el año que comenzamos y lo hacemos con una fotografía elaborada por nuestro amigo José Ignacio.




Fotografía de José Ignacio Orozco

jueves, 24 de octubre de 2019

Zubiri_Pamplona19

Hemos vuelto con la camiseta de  Amigos de Artajona

martes, 27 de noviembre de 2018